Hay veces que es mejor dejar las cosas por la paz.
Soltar lo que ya es inevitable y aceptar que el camino puede seguir un rumbo
muy distinto al que esperábamos desde un comienzo. Soltar lo que ya no tiene
vuelta, agradecer lo vivido y seguir adelante. Porque finalmente, si las cosas
no fueron como esperábamos es porque tienen otro propósito. Qué difícil es
soltar cuando hay miedos detrás que nos impulsan a seguir aferrándonos a lo que
ya no tiene sentido… Si esperamos el amanecer nos daremos cuenta que la noche
antecede al alba y en ella la luz vuelve a reinar en un nuevo comienzo. Es por
eso que, cuando confiamos en la continuidad de la naturaleza también confiamos
que nuestra vida sigue adelante y con ella un propósito mayor que nos espera
junto a un nuevo día…