viernes, 17 de junio de 2011

¿Qué crees poseer?




La minúscula semilla de mi existencia habita en mi diaria vida, y reconozco que ningún viento era favorable cuando sentía que viajaba sin rumbo hacia ninguna dirección. Nada me llena de aflicción a pesar de haber estado ardiendo profundamente por dentro por la rabia, el dolor y la incomprensión. Pero conforme avanzaba el tiempo – mentor de mis días- se produjo un cambio en mi organismo, que con el pasar de los años, iba madurando y cada vez realizándose en algo sabio. La honestidad espiritual parecía concluir con la sabiduría en varias dimensiones para finalizar verificándose en integridad.
En este mismo instante, una lágrima recorre mi mejilla, y asentí que al final llegó mi principal atributo del amor, el cual no se vanagloria de sí mismo.
Apenas estoy aprendiendo a desarrollar mi divinidad como persona y aumentar esa espiritualidad que despierta mis mejores momentos de equilibrio y paz interior.
No he hecho nada especial, solamente superarme a mi misma y afrontar el camino con una paz y liberación maravillosa que nadie será capaz de aludir. Y tendría todo el derecho del mundo, a ponerme de pie con arrogante orgullo, por los 10 años que empleé a llegar a donde estoy hoy en día, pero guardo silencio. Porque mi gloriosa madurez habla callada en el eterno silencio y no hay más dialogo. La sonrisa en mi rostro hoy, es pura paz.
He conseguido transformar una vida, llenándola de amor y luz a algunos lugares más oscuros de nuestro interior. He desarmado algo que había consumido a mi padre, que envenenó su alma, que se halla abnegado de su propio encanto, dejando que las bestias se abalanzarán sobre él, y acabar así con la poca vida que le quedaba. Siento un profundo abismo que me hiere a saber a conciencia cierta, que ese alma purificado, no es más que un trozo de madera putrefacta desquebrajándose en las llamas del inmenso fuego de la nada. Luz y brillo iluminan nuevamente mi caminar, y veo que la senda no tiene fin, el precipicio que creía bordar, es el mirador de mis plegarias, y desde la más alta cumbe, remonto mi vuelo como un águila.
Atributo de amor perfecto! Mi amor tiene la sabiduría para usar cada uno de ellos en sí mismo en perfección, y así me quedé horas de reloj contemplando la obra de arte que construyeron mis manos. Releyendo la finalización y conclusión del contrato de mi vida! Porque la meta final es mi existencia llena de amor y paz con un propósito espiritual….

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