sábado, 20 de agosto de 2011

Hacia dónde diriges tu vida; Dialogo de un cumpleaños



He me aquí reunida con todos vosotros en una fecha tan marcada por el calendario. Solo fluyen palabras, todas y cada una de ellas el resultado de mi dialogo de hoy.
Quiero ante todo, agradecer a todas las almas presentes aquí físicamente, más todas aquellas que me acompañan espiritualmente, de poder compartir un día tan especial en mi vida.
Debo admitir que no me siento tan siquiera un poquito más vieja, y gozo de una energía envidiable. El tiempo pasa, y todos somos espectadores de nuestras vidas, y como éstas se manejan en la sociedad. Quizás el hecho de cumplir hoy 25 años se muestra por las pequeñas arrugas que poco a poco se hacen visibles en mi rostro. Cada una de ellas cuenta una anécdota, una historia o un simple hecho. Vuelvo a utilizar el sinónimo del paso del tiempo.  Y, ¿Qué es el tiempo? ¿Lo aplicamos como deberíamos? ¿O deberíamos sacarle más jugo al zumo afrutado de nuestra vida? Si nos morimos mañana, ¿dejaremos alguna huella por nuestra mundana existencia? ¿O pasará al olvido?
Muchos os preguntareis del porque de este mi discurso, pero intento demostrar o quizás la palabra que mejor se a semejanza a mis palabras es guiar o enseñar.
Hacer ver que todos somos fruto y atributo de los 4 elementos de la Tierra, y si le añadimos el espacio, son 5 elementos para millones y millones de personas. ¿Cuántos creéis que poseen el don de transmitir vida, de cultivar y emplear energía, de creer y respetar la naturaleza, los animales, los árboles, todo nuestro entorno, el cual no es más que un simple legado, que debemos heredar en máxima plenitud y belleza?
Mi proceso de autorrealización no ha comenzado apenas a madurar, pero puedo observar que NADA mas antes me había aportado tanta felicidad, satisfacción y paz interior, la cual puedo palpar en cada latido de mi corazón, en cada suspiro de mis pulmones, en cada pisada firme en tierra con los pies descalzos, dejar como vibra todo a mi alrededor y sentirme realizada por y con ello.
He pasado por los más temerosos adjetivos, que no son otros que el Miedo, el Temor, la Ira, la Incomprensión, la Traición, el Engaño, el  Apego, la Rabia, y muchos más adversos que no poseo diccionario para expresarlas porque carecen de importancia para mí.
Todos y cada uno de ellos, son fruto de mi progreso interno. Y gracias a ellos, al haber pasado por sus más oscuras calles, y sentir las más despreciadas bofetadas quemar en mis carnes, he conseguido poseer empatía, y todo aquello que carece de importancia, no es menos que la que le debemos aportar, porque perdonar nos hace humanos, y la bondad está en nosotros, pero nos dejamos influir por esta sociedad.
¿Acaso creéis que enseñando un arma, se puede desarmar a un ejército entero? El poder está en cada uno! Y la empatía la ofrece nuestra mente. Debemos dejar que actúe según las leyes naturales de la vida. Nuestros instintos son amor, paz y equilibrio. Con estos tres ingredientes podemos cocinar la receta de nuestra felicidad. Debo admitir que es un camino largo y duro a recorrer, y muchas veces se nos plantean tentaciones que nos proponen/cuestionan  a caer y utilizar el camino más fácil. Yo principalmente, he sido tentada en varias ocasiones, pero he preferido utilizar mis pies, los cuales están muy anclados a las raíces de su sabiduría, a seguir mi camino en la dirección idónea para hallar la búsqueda de mi felicidad íntegra. Y gracias a mi cabeza, mi mente abierta, y a la creencia de mi propio YO he realizado mis ilusiones y sueños y los he convertido en mi forma de vida.
Mi camino no es otro que cualquiera, salió desde las más profundas oscuridades y del más amargo dolor, que conforme avanza mi paso, voy unificando alma y mente, y todo lo que vaya a venir a partir de ahora, lo veré como mero obstáculo, porque mi luz brilla sola y consigue iluminar la más oscura penumbra, para seguir en mi senda mágica y petrificada por mis sueños, en la cual dejo la huella de mi paso.
Y planteo nuevamente la cuestión, si yo he podido convertir todo ese odio que he recibido durante tantísimos años en amor, y he desarmado aquellos atributos imperfectos que envenenaron mi alma, como rencores, desprecios y rabia, todos podemos hacerlo. Tan solo debemos poseer el control sobre nuestra mente y como meta final tener el objetivo claro. Que no es otro, que la creencia en nosotros mismos. Porque el verdadero valor y merito de la vida no es haberte caído, sino alzar la vista al frente y poseer tanta fuerza como nos propongamos para seguir adelante con amor y perdón.
Porque nosotros somos el progreso de nuestras vidas. Y cada ser tiene sus raíces ancladas hacia sus instintos interiores que no son otros que ofrecer BONDAD y COMPASION.

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